Buscamos la felicidad, pero sin saber dónde, como los borrachos buscan su casa, sabiendo que tienen una.
domingo, 12 de febrero de 2012
“Y mientras cabalgaba, mi corazón resonaba en los pasos sobre el prado húmedo; resonaba en el resoplar y el tascar del freno de mi caballo tordo, y una dicha inefable iluminó mi corazón, y supe que si dejaba ahora este mundo, caería en el paraíso”
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